viernes, 22 de abril de 2011

Cabo de Gata, darling

Esta Semana Santa he estado unos días con el Pz de viaje por el Cabo de Gata (Almería). Ha sido tan maravilloso que no encuentro palabras para describirlo, así que voy a acudir a los refranes populares y os voy a mostrar algunas de las imágenes que mejor representan lo vivido allí. Recordad que podéis hacer click sobre las imágenes para ampliarlas

Algunos paisajes me sonaron extrañamente familiares, ya que son muy similares a los que ya conocía del (volcánico) Sur de Tenerife. .

¡Disfrutad!
Salida de la Luna desde la terraza de la habitación del hotel 
Vista panorámica de la playa de Los Genoveses 

La playa de los Genoveses, vista desde las alturas

Cala de Los Amarillos


Islote del Moro, visto desde el Peñón Blanco

El Playazo

Un servidor, a modo de Ariel la Sirenita, en el Playazo

Mis piernas, hartas de subir y bajar haciendo senderismo, descansando en el Playazo

Cala superdesierta, inaccesible y secreta, al lado de la playa de Los Muertos

sábado, 16 de abril de 2011

Ego summum

Estas son las cosas que hace uno cuando está de bajón, no tiene ganas de hacer nada (hasta el punto que necesita vacaciones de sí mismo) y está delante del ordenador, pero hasta el ciruelo de internet. Sí: hacer el lila con la webcam y jugar con GIMP.

La primera foto, la original, me salió un poco extraña, no por lo amarillento, sino por lo """"""erótica"""""" sin pretender serlo. Que no tengo camisa, lo sé. Me iba a duchar y me afeité antes. Quería mostrarle al mundo, desde mi egocentrismo ilimitado, lo que me había hecho en las barbas y quizás un poco cachondo.


La segunda foto me quedó muy "virginal", en plan santo. No me convencía ni el concepto ni el acabado. Así, al verla en conjunto con las otras dos, se me ha ocurrido titularla, en un alarde de originalidad sin precedentes, como "Ángel". Plas, plas, plas, aplausos.


Y esta tercera y última, ahora que la veo con sus compañeras, me pide a gritos que la llame "Gaga" "Dimonio" "Demonio". Está basada en una fotografía que algún fan le regaló a DBorrallo, y que él mismo mejoró después. Y salió esto. Y me lo pasé bien haciéndolo (...)


Pos eso, que estoy cansao. Quiero vacaciones, pero vacaciones de rascarme y de que me lo den todo hecho, en las que sólo tenga que moverme para cambiar de postura coital estirarme la espalda. Y tengo taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaanto que hacer con la mierda esta del el master de los cojones, con la pena y el convencimiento de que ya ha pasado lo mejor, todo lo que quedan son agobios y sopor.

En fin. Feliz Semana Santa.

viernes, 15 de abril de 2011

¡Practicum! - La experiencia como profe de adultos

La clase con los padres ha sido toda una experiencia, no sólo por lo enriquecedor sino también por lo agotador. ¿Es posible que cinco adultos (cuatro madres y un padre) “den tanto trabajo” como 28 alumnos de 1º de ESO? Bueno, al menos creo que he llegado a dos conclusiones fundamentales:

1.    Los adultos se vuelven niños cuando están en clase. Se emocionan cuando algo les sale bien (por más sencillo que pueda parecer) y se enfadan si algo no les funciona (ya les advertí que la informática, como la conducción de un vehículo, saca lo peor de nosotros). Me he sorprendido dirigiéndome a ellos como si fuesen alumnos de 1º de ESO en más de una ocasión, a veces serio, a veces con mucha familiaridad… pero siempre con respeto y admiración por el esfuerzo que están realizando en aprender y mejorar.
2.    Les cuesta más esfuerzo aprender. Hay que ser más repetitivo, ya que no se quedan de manera tan inmediata con los conceptos como pudieran hacerlo los niños. Esto a veces desespera, aunque compensan esta carencia de habilidad con un entusiasmo desmedido.

La clase funcionó bastante bien, a pesar de su inicio accidentado por problemas informáticos (que parece que se acrecientan en el aula de informática, valga la redundancia) y el descanso “obligatorio” para desayunar en el que perdimos un valiosísimo cuarto de hora. Al menos, dio tiempo a hacer la mayor parte del ejercicio, de tal manera que estos alumnos tan especiales me dijeron que me mandarían sus creaciones a mi email, ya que se comprometían a terminarlo en casa (o más bien a empezarlos de nuevo, ya que ninguno se llevó el pendrive –ése desconocido-) con la ayuda de los tutoriales que les había facilitado.

Al final de la clase, me agradecieron con mucho cariño que les hubiera dado la clase. Se lamentaron de no tener más sesiones de GIMP, pero más lo lamento yo. Hasta ahora no me había planteado cómo sería dar clase a adultos, pero lo poco que he vivido en este campo me ha gustado mucho. Desde luego, ayuda a fortalecer la paciencia, pero también a conocerte a ti mismo. En general, tras las clases con niños y adolescentes, y en particular con esta, me siento que me he desarrollado mucho emocionalmente: me cuesta cada vez menos mostrarme cercano y cariñoso, y creo que es algo que los alumnos (y yo, claro) agradecen. No sé, me veo bonachón y me gusta. Parezco tonto y todo. Quiero ser padre, joder.

Ahora a volver al máster. No puedo decir que me alegre. En fin, espero volver a dar clases pronto, QUE ES LO QUE VERDADERAMENTE ME GUSTA, según he podido comprobar en este mes maravilloso.

Extraído y editado a partir del Cuaderno de Prácticas

miércoles, 13 de abril de 2011

¡Practicum! - Profe de adultos




Hoy he vuelto a acudir al instituto con la excusa de devolverle unos libros a mi tutora, pero lo he hecho coincidiendo con el último cuarto de hora de clase de Plástica de "mis niños" de 1º de la ESO. Tenía muchas ganas de verlos, realmente ha sido el grupo con el que más "feeling" he tenido.

Entre una cosa y otra, acompañé a mi tutora a la clase siguiente, con uno de los grupos de 2º de ESO, que también se alegró mucho de verme y yo a ellos. Al final, estuve toda la hora allí, ayudándolos con sus dibujos, como un día más de prácticas... pero es que me salió solo, fue todo un placer. En fin...

Por último acudí a hablar con el Orientador. ¿Por qué? Resulta que el viernes pasado, ya cuando me iba, había un grupo de padres y madres "admirando" los ejercicios que habían hecho conmigo los de 1º de ESO usando GIMP (una especie de Photoshop de licencia libre). Resultaron ser alumnos de la Escuela de Padres, que durante dos días a la semana imparte clases de informática. Cuando les conté quién y cómo lo habían hecho, querían saberlo todo sobre el programa, que les explicara los pormenores (hubo quien se sentó en un banco del pasillo a tomar nota). Maravillado ante tanta expectación y avidez por aprender, les facilité unos tutoriales que había confeccionado para repartírselos a los alumnos para que pudieran hacer los ejercicios bien: como finalmente no lo necesitaron, tenía algunas copias, así que se las di ante expresiones de sincero agradecimiento.


Pues bien, me había quedado dándole vueltas a aquel episodio, pensando en lo bonito que sería dar una pequeña sesión de dibujo asistido por ordenador a adultos, viendo sus ganas por aprender y su entusiasmo (que ya lo quisieran los de la ESO, por lo general). Así que por eso fui a hablar con el orientador, cuya esposa es la encargada de dar clases a los padres. Le planteé mi intención de ofrecerme el viernes, que es un día de clase de adultos, durante el tiempo que fuera necesario, a la hora que fuese, podría darles una clase de GIMP, visto su interés. El orientador llamó por teléfono a su esposa y, voilá, tengo clase el viernes de 9:30 a 11:30 en una de las aulas de informática con "mis niños adultos".

Es trabajo extra, pero creo que merece infinitamente la pena.
SOY FELIZ.

lunes, 11 de abril de 2011

¡Practicum!



Qué duro es retomar algo que se ha dejado de lado durante un tiempo. Duro no porque no me apetezca, sino por lo complicado que es hacer un resumen fiel de lo vivido, sin dejarme nada atrás y evitar lagunas.

Os he echado de menos. Eso queríais oír (espero), al menos alguno/a que no se haya olvidado del todo de este lugar, jajajaja.

Este mes haciendo las prácticas de profesor en el instituto ha sido verdaderamente fantástico. He aprendido mucho, tanto de mi tutora (que es una profesional como la copa de un pino) como de los alumnos. ¿Os parece que haga un breve listado, de esos que me gustan, que me/nos sirva para organizar ideas? Así mato dos pájaros de un tiro, y esto que os diga me sirve mañana de guión en el "Seminario Final de Practicum" (rimbombante, pero no es más que otra pérdida de tiempo a la que ya me tiene habituado la UCA). No pretendo ponerme en plan "con un mes dando clase ya lo sé todo y soy el mejor", no me malinterpretéis. Imagino que ya sabréis que no soy de esos... y si lo soy, decídmelo para que cambie. Bueno, allá voy:

  • Los niños son niños (niños/as, vale, perdonarme que me salte la paridad para no hacer de este un texto incompresible y extenso). Los niños no son máquinas de aprender. Tampoco son adultos en pequeño. Son niños. Hay que tratarles como tal, y darles ciertas licencias "adultas" sólo a veces, en circunstancias y con casos concretos.
  • En relación al primer punto: no he encontrado "maldad adulta" en mis alumnos. Muchos son traviesos, revoltosos, unos trastos, vagos, respondones... pero no son malos ni malvados ni quieren atentar contra mi vida, ya estén en la ESO o en Bachillerato.
  • Me he sentido capaz de imponerme en una clase cuando ha sido necesario. Me he asustado hasta yo al escucharme cambiar mi tono de voz de normal a autoritario para pedir atención o "regañar". Es como si en lugar de oírme a mí, escuchase la voz de todos los profesores que he tenido hablando a través de mi boca. Y sin alzar la voz, he logrado silencio/atención/cambio de actitud.
  • He aprendido a proyectar la voz. Creo que tengo un buen torrente ("estoy hueco"), pero no suelo emplearlo a fondo. Sólo respiro hondo, contraigo los abdominales, y sale solo. Parece que me han ayudado mis sesiones vigoréxicas, jajaja.
  • Me resultó inquietantemente fácil, desde el primer día, acercarme a los alumnos. En clases de dibujo, en las que el contacto es muy directo, ya que hay que ir corrigiendo, orientando, de manera personalizada, es algo que tienes que hacer. Y me ha gustado. Y ellos reaccionan positivamente cuando te aprendes sus nombres, particularizas, tratas de ayudarles. A veces tienes que ceder y compartir algo "personal", del tipo "pues sí, es que este dibujo es complicado, a ver si te puedo ayudar". Pero, al mismo tiempo, has de mantener la distancia, demostrar que eres tú el que controla la situación. No sé, es una frontera difusa, pero fascinante de investigar.
  • El "Feed back" o retroalimentación positiva es básica. Hay que decirles a los alumnos cuando lo están haciendo bien, hay que reconocerles sus logros, hay que decírselo de manera clara y contundente. Y más con aquellos que son "malos alumnos" en otras asignaturas y que en Plástica despuntan; ellos no están acostumbrados a que un profe les reconozca su trabajo. Creo que esto es necesario, porque luego hay que contrarrestar: tb hay que decir cuando algo está mal, cuando hay que borrar y empezar de nuevo, cuando (basándote en logros anteriores del alumno) pedir más a cierto estudiante con potencial... He visto miradas de sincero agradecimiento como nunca había encontrado. Y cuando le digo a Fulanito que borre lo que ha hecho pq "no está a la altura de su cuaderno" o "parece que lo ha hecho contrarreloj o para salir del paso", lo hace sin rechistar.
  • Los alumnos de Bachillerato, especialmente los de 2º, están más perdidos que nunca. Son niños, sólo piensan en el corto plazo (tan corto que es inmediato) y sus reflexiones son similares a los de un chaval de 2º de ESO: que si tengo partido de fútbol luego, que si me aburro, que si me gusta no-se-quién... Su inquietud se reduce a si la vida universitaria que les espera es como la que pintan las pelis yankis: fraternidades, juergas, desfase... Y están haciendo una optativa de Dibujo Técnico muy árida y ni se han planteado que les es útil porque se supone que harán una ingeniería luego... ni en eso han pensado. Yo estaba muy perdido a esa edad, pero algo me planteaba, al menos que el año siguiente sería muy diferente al que vivía en 2º de Bach... 
  • Hay que tener mucha paciencia, ser casi un santo. Sólo eso.
  • Es muy difícil introducir las nuevas tecnologías en ciertos grupos, debido a las carencias técnicas (aulas mal acondicionadas; los alumnos no tienen el famoso portátil de la junta -en mi insti sólo lo tienen los de 1º de ESO-; clases masificadas, por lo que un profesor no puede atender 30 preguntas diferentes y simultáneas producidas por errores informáticos de Guadalinex, Gimp o lo que sea; el centro no dispone de suficientes portátiles para prestar a los alumnos; las aulas de informáticas han sido objeto de vandalismo; tienes que montar el proyector, el ordenador, repartir los portátiles -y anotar a quién le das cada uno-, dar la clase, recogerlo todo y devolverlo a su sitio en una hora, ya que a la siguiente tienes clase y no puedes tardar en llegar...).
  • La realidad del instituto no tiene nada que ver con la que se imaginan los insignes catedráticos que escriben sus fantásticas tesis doctorales y manuales de pedagogía en sus cómodos despachos de la facultad, sin haber pisado jamás una clase de la ESO... "pero ellos saben muy bien como son las aulas, y lo que escriben es perfectamente aplicable".
  • Hay profesores que se desviven por la Enseñanza, porque sus alumnos salgan para adelante, que lo dan todo en clase. Y encima tienen que aguantar pertenecer a una familia profesional denostada y venida a menos como es la Enseñanza. Y ahí siguen los tíos.
  • Con la LOE, un instituto se parece demasiado a un gabinete de psicología, especialmente con los de la ESO. En las sesiones de evaluación hay que tener siempre presente la realidad social de cada alumno, sus pensamientos, inquietudes, traumas, si le pica el pie o si no merienda; algo que pudo ser positivo en el planteamiento, pero que se ha desvirtuado mucho, según he visto.
  • No quiero ser Jefe de Estudios. Aunque a lo mejor es algo que hay que hacer una vez en la vida, para endurecerte como profesor y como persona.
  • Con la nueva LOE (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación) hay que hacer muchísimo papeleo extra para todo. Tooood bur(r)ocratizado.Todo el santo día rellenando formularios para el equipo directivo, para el departamento de orientación, para los padres, para los tutores, para el inspector... Un tiempo valioso que se pierde para llevar a cabo otras tareas mucho más valiosas. Por favor, que hasta para que un niño pueda ir al baño durante una clase hay que rellenarle un pase de pasillo... Ah, y hay que decirles a los niños qué, dónde y cómo apuntar en las agendas que les ha dado el centro (supongo que la Junta), para que ellos también escriban. Me parecía ridículo darle todo tan masticadito, pero me han demostrado que a veces, ni aún así, los niños hacen lo que apuntaron en la agenda "porque se me olvidó mirar la agenda, maestro". Los estamos idiotizando más de lo que ya vienen de su casa, cohoneh.
  • Y más cosas que me dejo en el tintero, seguro...
Pues eso, que ha sido una experiencia increíble, enriquecedora... Y que sí, que quiero ser profesor, que siento que por una vez no me he equivocado...

Y ahora a volver a recibir clases de pamplinas pedagógicas en el Máster, sabiendo que muchas de esas cosas son imposibles de llevar a la práctica, visto lo visto. Es que hay que justificar muchos sueldos en la universidad, y hay que hacer asignaturas de relleno para cumplir con los 60 créditos europeos... porque claro, no nos van a ampliar el periodo de prácticas, no. Es más interesante enseñarte que se pueden usar blogs en educación o que cada alumno es diferente... ¿EN SERIO? ¡NO ME JODAS! ¡JAMÁS SE ME HABRÍA OCURRIDO! O, no, espera: YA LO HE HECHO.


Gracias por leer la parrafada esta.

Abrazotes!
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